La psicomotricidad infantil es un aspecto importante en la crianza del niño, a la que deben prestar especial atención no solo los padres sino los maestros cuando llega a la edad preescolar que es cuanto está listo para absorber todas las ventajas y habilidades basadas en la psicomotricidad. Aunque es importante señalar que el estudio y la aplicación de los juegos de psicomotricidad infantil, valiosos en la educación infantil han demostrado ser de gran ayuda en la terapia para las personas con deficiencias físicas o psíquicas y en aquellos que sufren discapacidades físicas.
Los juegos de psicomotricidad infantil se centran en las dos grandes divisiones de la psicomotricidad que son: Motricidad Fina, que abarca a todas aquellas actividades del niño que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación. La misma se concentra en los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son movimientos de más concreción. Su origen se sitúa en la edad de año y medio cuando el bebe comienza sus juegos por instinto como colocar bloques u objetos en pila, cambiar de lugar todos los objetos que encuentra, buscar lápices y hasta intenta sin tener en claro lo que significa hacer borrones o simplemente rayar con aquello que inexplicablemente para él tiene color.
Es el momento de incentivar al bebe y aprovechar para que se desarrolle su motricidad fina, porque a través de la experimentación aprende y se acrecienta su inteligente. La misma va desarrollándose en fases, y cada niño la va viviendo en diferente manera, unos podrán tener grandes avances y otros irán más despacio, eso no influye sobre su desarrollo y es normal. Dentro de la edad del niño van surgiendo su control sobre sus movimientos, y se va adentrando en el desarrollo de su psicomotricidad fina: entre los 0 a las 12 meses no controla sus manos y lo único que suele hacer es apretar con la mano lo que pongan en la palma de la misma lo mismo sea un objeto que el dedo humano pero esto es reflejo y lo va abandonando a medida que crece, y entre los 2 y 4 meses ya coordinará y tomará objetos por voluntad pero siempre concentrando su vista en la mano. Cuando tenga entre 4 y 5 meses ya estará habituado a la toma de objetos y no controlará ya visualmente su mano para alcanzarlos, aunque solo serán objetos que están muy a su alcance. Luego de esta etapa explora y prueba objetos antes de tomarlos, y lo hará así hasta los 12 y 15 meses, cuando para entonces ya disfrutará ir tomando todo a su antojo.
A partir de su primer año y hasta los 3 años, irá creciendo aceleradamente y desarrollándose su curiosidad, sorprenderá a todos con sus movimientos y el manejo que tiene ya para tomar un teléfono, halar una palanca, pasar hojas de un libro, y puede intentar ya dibujos básicos que con el tiempo darán lugar a sus dibujos más elaborados, encuentra diversión en el «apilamiento» de objetos y disfrutará ratos de diversión colocando pilas de objetos uno sobre otros. Llega la etapa preescolar, entre 3 y 5 años, y la psicomotricidad fina, deberá enfrentar los retos de la vida social que entraña la escuela, comer con cubiertos y atarse los zapatos son dos prácticas vitales para el niño en esta edad. Ya empieza a dibujar figuras redondas, algunos animales aunque el concepto aún sea básico, puede recortar con las tijeras, pueden intentar con facilidad la copia de números y letras, y si se lo proponen muchos a esta edad escriben su nombre y algunas palabras básicas con escritura rudimentaria «palotes», usan ya la plastilina y le dan forma de figuras.
Con los 5 años, llega la etapa escolar, y el niño ya ha superado muchas de sus experiencias primarias de psicomotricidad fina, porque habiendo aprendido antes a abrochar los botones grandes ahora lo hará con los más pequeños, come con todos los cubiertos, y puede ya hacer tareas escolares más elaboradas, memorizar textos más largos y ejercitar más su iniciativa y creatividad.
La motricidad gruesa, se refiere al movimiento de los músculos que se relacionan con la locomoción y la postura como caminar, andar, saltar, pararse, y que son actividades que se hacen automáticamente y no tienen el detalle de la llamada psicomotricidad fina. El niño de 0 a 6 meses desarrolla dentro de esta importante fase de desarrollo, la succión. Desde los 6 meses hasta 1 año el niño gatea y empezará a tener mayor control de sus movimientos musculares, para cuando tenga un año dará ya, por instinto, sus primeros pasos. Luego del primer cumpleaños irá adquiriendo soltura y ya antes de llegar a los 2 años caminará con soltura, corre, salta, se pone en cuclillas, se sienta, se para, sube y baja escaleras y conoce la importancia de apoyarse en paredes para algunas de estas actividades, que ha aprendido de sus caídas.
El desarrollo en este sentido es acelerado dentro de los 3 y 4 años, porque el niño aprenderá a pararse en un pie, caminar de puntillas, subirse a toda clase de objetos, saltará cuerda si se le enseña y se le debe motivar a juegos que además le ayudan a mantenerse activo. Desde los 5 años hasta los 7 ha aprendido todo lo que requiere para movilizarse desarrollando su motricidad gruesa y habrá desarrollado muchas destrezas aumentando su capacidad de motricidad fina. La práctica y la vida diaria le darán más control sobre sus movimientos y se verá aprovechando lo adquirido para una vida encaminada a muchas actividades durante la infancia y adolescencia en que su crecimiento continúa en todo nivel.
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